De madre, pero de madre de la que te cuida y mucho. Lo primero el dueño es el mismo que el de la Tasquita de enfrente, restaurante archiconocido por hacer cocina tradicional castiza de alta calidad, eso ya es un sello de calidad. Además según entras te dan instrucciones (de nuevo un bar con instrucciones, esto empieza a ser una clásico): los panes especiales por tamaños y de cuidada elaboración, conservas gallegas, ibéricos de Salamanca, verduras de huerta, en fin calidades de primera calidad. Y para beber lo que quieras, pero se llama el Porrón canalla, por algo será.

Eso hicimos unos cuantos porrones(creo que fueron 3) y un bastón de lomo que ya habíamos leído era delicioso, y no nos engañaron. Una exquisitez en bocadillo.

La atención muy cuidada, la decoración extraña, algo austera, pero con detalles como las luces en racimos porrones que llaman la atención.

En conjunto por unos 7 euros por persona un picoteo estupendo, deciros que ya he repetido varias veces, es irremediable.

Por cierto el bocata estrella es el de carrillada, no es santo de mi devoción, pero dicen los entendidos que es toda una experiencia.

El Porrón Canalla

Calle Ballesta ,2

Ya sabéis planes estupendos para bolsillos discretos.

¡Nunca más tendrás la agenda vacía!