Hay que ir a comer pizza al PICSA, primero porqué están buenísimas, segundo porque todo el mundo habla de este restaurante y para poder opinar hay que catar.

Cervecita artesanal «La Virgen» suave y deliciosa, dicen que tienen tostada, la próxima la probaré pues me encantan. No os asustéis si las artesanales no os van podéis pedir otras marcas comerciales.

Después unos mezze, vamos aperitivos o entrantes, nos decidimos por unas berenjenas en escabeche estupendas y unos zuchini con salsa de yogur muy ricos.

Lo siguiente el plato fuerte, o la estrella: la Picsa.

Son grandes, de masa gruesa y esponjosa. Puedes elegirlas más o menos suaves según gustos, y te permiten pedir mitad y mitad combinando sabores, también puedes pedir porciones y así degustar varios tipos.

Había visto recomendada la de queso azul y setas ( «trompetas de la muerte» se llamaban en nuestra carta, al parecer las cambian a menudo por eso pongo en nuestra, quizás vayáis y sea otra pizza) y fue la primera elección,  y  la combinamos con la Aladino, con rico parmesano y carne de calidad.

La otra tocaba más potente, mitad de butifarra negra muy sabrosa, y la mexicana, ¡Ojo que pica!

De postre un rico flan con dulce de leche y café.

Eramos 5 y deciros que sobraron algunas porciones, las cantidades son tremendas, eso sí, pídelo y te lo ponen en cajita para llevar a casa.

Precio medio por comensal unos 25 euros.

PICSA