Un espacio en la calle Ponzano que siempre ha sido lugar de ricas comidas. Anteriormente el Lambuzo y ahora La Charnela, un lugar donde entrar y quedarse.
Una barra animada, un saloncito agradable, un servicio encantador y un producto de alta calidad. Una comida excelente.
La Charnela es el nombre que recibe la articulación que une las dos conchas del mejillón y se llama así el local, porque el mejillón es su estrella. Un proyecto creado por dos hermanos y que parece que va tomando forma y triunfando en plena calle Ponzano donde la competencia es enorme.
He leído algunas declaraciones del hermano hablando de su nuevo proyecto:
“La idea era diferenciarse con un producto, y a nosotros nos encantaban los mejillones, que quizá son los menos conocidos, los que menos veces se colocan en el top 5 de moluscos cuando se trata de un súper productazo español, somos el primer productor del mundo”.
Dicen que siempre ha sido su pasión la cocina y si vas allí lo notas.
La carta es suculenta, nosotros nos decantamos por unas deliciosas croquetas y un tomate rosa de concurso. Y luego un par de cazuelas de mejillones, los Grande Place (creemos que les faltaba un poquito de nata o más mantequilla para poder decir que son su interpretación belga) y los feriantes, estos últimos deliciosos. Y siguiendo las recomendaciones del chef los maridamos con las cervezas aconsejadas. Y de remate una carne en guiso de cerveza que estaba sabrosa y riquísima.
Salimos por unos 22 euros persona y la comida fue magnífica. Creo que no tardaré en volver.