Fin de semana largo o mini vacaciones en la Ribera del Duero, tierra de buen comer y mejores vinos. Ya que se puede hay que aprovechar para llegar a comer a Aranda, y eso hicimos, salir de Madrid a las 13:30 y estar a las 15:00 comiendo en Aranda.

Un sol espléndido nos acompañaba ese fin de semana, que para estar en noviembre ya era todo un regalo. Lo primero un vino (no podía ser otra de otra manera) en los toneles de fuera , y ya pasamos al salón principal. Un salón castellano, bien vestido y luego vimos que también bien servido.

La carta era extensa, y además tenía todo una pinta maravillosa, decidimos pedir todo para compartir y así probar más cosas.

Estábamos en temporada, así que lo primero boletus y amanita cesarea recién recogidas y a la plancha, ¡suculentas!. Luego un rabo de toro desmenuzado sobre lecho de puré de patata, una ensalada de lomos de ventresca y pimientos rojos, unas chuletitas de lechal que eran de primera calidad, y un entrecôte de buey a la piedra que nos supo a poco. Como todo estaba tan rico, no nos resistimos a los postres cuya descripción era maravillosa:

Brownie sobre base tropical con escamas de helado de violeta y de mango thailandés

Tarta de perlitas crujientes sobre natillas e hilado de chocolate guanaja.

Tarta de suave queso con manzana reineta compotada.

Todos ellos estaban riquísimos, sobre todo el primero y el tercero. Tomamos café nos invitaron a la copita trayendo una frasca triple de orujo de café, crema de orujo y orujo de hierbas.

Comimos sin parar, disfrutamos muchísimo y por persona salimos a unos 25 euros. Mereció la pena la parada y conocer este sitio fiándonos de las opiniones de internet que normalmente aciertan.

Intentaremos volver.

El Lagar de Isilla

C/Isilla, 18

Aranda del Duero

Ya sabéis planes estupendos para bolsillos discretos.

¡Nunca más tendrás la agenda vacía!