Una maravilla. Cierto es que la visité los últimos días de ese largo invierno, es decir, que no he podido disfrutar de ella en su verdadero esplendor. El restaurante, reservado a través del Tenedor, está en la planta 8. Mientras el RoofTop está en la 9º. Un restaurante precioso, de ambiente cuidado, inmejorables vistas, y precio medio asequible, estando donde estás.

Nosotras elegimos compartir, siempre que cenamos entre semana picamos, de ahí que en ocasiones nuestras cenas sean por menos de 20 euros, porque para cenar a esas horas creemos que es mejor en ese formato.

Nuestra elección fue:

Pisto casero de verduras con huevo, milhojas de patatas al horno bravas y minibocadillos de calamares en mayonesa en su tinta. Todo delicioso. Lo regamos con un rico y refrescante tinto de Verano. Y ya estamos como locas por volver, eso sí con calor, para poder tomar un Gintonic en su preciosa azotea.

Picalagartos