Que Toledo es bonito es cosa sabida, y que sus rincones son mágicos también. Pero además si tras un fin de semana perfecto decides comer en este precioso restaurante como broche final, la experiencia habrá sido inolvidable.
Al otro lado del Río Tajo, por detrás del Alcázar, y donde se encuentra parte de la herencia romana está la Ermita, en la carretera de circunvalación del Valle. Junto a esta Ermita, también está este precioso restaurante. Sus salones se precipitan sobre el lateral del lecho del río para permitir a través de enormes ventanales comer disfrutando de la belleza inconmensurable de Toledo.
Junto a la belleza de sus vistas todo lo demás guarda la armonía, el servicio numeroso y profesional, la decoración cuidada, y lo mejor tras sus vistas: la Cocina.
Antes de ir a visitarlo en Tripadvisor decía alguien que es cocina merecedora de Estrella Michelín, quizás no llego a esa descripción, pero la cocina es de muy buena calidad..
Eramos 4 comensales, nuestra comanda constó de:
Cervecitas y este aperitivo
Un Pica pica, con una crema de ajo negro, ensalada de salmón, y langostinos en tempura.
Lo siguiente también para compartir fueron unos huevos rotos con boletus maravillosos, de lo mejor de la mesa.
A partir de ahí un principal cada uno:




Os pongo foto de los postres, pero fuimos incapaces de pedir nada, pero la pinta era maravillosa.
Pedimos aguita y más cervezas, y pagamos uno 35 por barba, no es barato, pero en general con todos sus atractivos, y con la calidad de la comida, merece la pena.
Horario
Ya sabéis planes estupendos para bolsillos discretos.
¡Nunca más tendrás la agenda vacía!